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- “La Semana Santa de Cuenca se explica también así, desde el impulso del corazón de un niño. Aquí nacemos, crecemos y envejecemos con la Pasión. Estamos fuertemente ligados a ella con hilo invisible trenzado por la fe y las tradiciones”.
- "Se dice que un pueblo tiene un alma que le da vida y, desde luego, si alguien quiere conocer el alma de Cuenca tendrá que venir en Semana Santa. No se termina de conocer esta ciudad y a sus gentes si no se conoce su Semana Santa”.
- “No hay familia que no pertenezca a una o varias Hermandades, en cada casa hay un rincón del armario del que de año en año sacamos unas cuantas túnicas, capuces, tulipas que van pasando de generación en generación”.
- “Aquí desde muy pequeños aprendemos que el Señor entró en Jerusalén montado en una borriquilla”.
- “Todos conocemos a San Juan Evangelista y sabemos quien era la Verónica, aquella mujer valiente que limpió con un velo el rostro de Jesús y como Jesús se lo agradeció dejándole el recuerdo de su Santa Faz”.
- “Sabemos guardar silencio el Viernes Santo porque es el día en que murió el Señor en la cruz” dice Pilar “Queremos consolar a su Madre y por eso vamos a la ermita de la Virgen de las Angustias”.
- “Un año más nos disponemos a participar con el mismo fervor en la Semana Santa, esa que nunca dejará de sorprendernos, de emocionarnos, de conmovernos, por muchos años que la hayamos vivido”.
- Los sonidos de tambor y de horquilla, el olor a cera y a flores, el brillo de las tulipas, el frío…
- “En Cuenca los Misterios de la Pasión salen de sus iglesias. La ciudad misma se convierte en un templo, una catequesis en plena calle que empieza el domingo de Ramos con el Hosanna y termina el Domingo de Resurrección con el Encuentro”.
- “La procesión de La Borriquilla me lleva a mi más tierna infancia. Todos estábamos pendientes de la bendición del señor obispo, era la señal para empezar a agitar las palmas con todas nuestras fuerzas”.
- “Me gusta unirme a la muchedumbre que acompaña al Señor que recorre la ciudad aclamado como verdadero rey, pero sin la arrogancia de los poderosos, sino como es Jesús que une en sí la grandeza de un Dios y la humildad de un siervo”.
- “Deseo tener la fe de los niños para acompañar a Jesús a lo largo de la Semana Santa. Quiero tener esa alegría inocente”.
- “El Lunes Santo es la fuerza de la Palabra. La luz de los hachones ilumina a Cristo que pasa por nuestras calles, se para a las puertas de nuestros templos y nos regala a ti y a mí palabras de Amor y Perdón”.
- "Cuando veo salir al Medinaceli de e San Felipe entiendo lo que significa la expresión ‘arrimar el hombro’. Cuando terminan me dan ganas de aplaudir pero me contengo. En Cuenca el silencio es el mayor de los reconocimientos”.
- “Gracias a mi hija desde hace años acompaño a Nuestra Señora y me emociono con esos momentos especiales como cuando la banda de trompetas y tambores le rinde honores bajo los Arcos de la Plaza Mayor”.
- “El Miércoles Santo Cuenca rebosa de gente” expresa Pilar, para añadir que “muchos de los que vivimos fuera queremos estar aquí como sea”.
- “Cuando me preguntan adónde me voy de vacaciones yo siempre respondo lo mismo: a Cuenca”.
- “Yo no me voy de vacaciones de Semana Santa. Yo vivo la Semana Santa. Yo necesito estar en Cuenca en Semana Santa”.
- “Quiero estar en Cuenca y dejarme llevar por las melodías de las marchas nazarenas que hacen que los olivos bailen a hombros de los banceros”.
- “Los banceros tienen que luchar contra las leyes de la física pero nunca pierden esa compostura majestuosa que les confiere la capa”.
- “Leí en algún sitio que la gubia trabaja en las manos del escultor pero que es la inspiración divina la que hace que las imágenes lleguen al corazón”.
- “Dios hecho hombre. La corona de espinas y una caña por cetro que le hace rey de burlas. Los soldados han desatado su ira contra el rey de los judíos al que han azotado hasta dejar su cuerpo llagado desde la cabeza hasta los pies”.
- “Semejante a millones de hombres y mujeres de hoy que son víctimas de la traición de Judas, de la dispersión cobarde de otros discípulos, de la negación de Pedro, víctimas de la indiferencia”.
- “Y, a pesar de todo, cuando miramos el rostro desfigurado de Jesús reconocemos en Él la gloria de Dios. El Ecce Homo nos devuelve la dignidad de hijos de Dios”.
- “El Jueves Santo es para mí el día en el que el alma está colmada de Semana Santa. Es uno de esos tres días en los que, si brilla el sol como dice el refrán, Cuenca tiene una luz especial”.
- Y es que el Jueves Santo “dejo de ser nazarena de acera para vestir la túnica morada del Ecce Homo de San Gil. Vivo la procesión desde dentro, con ojos de capuz”.
- “La procesión es como la vida misma, con sus altibajos, con momentos dulces cuando la música acompaña y otros más desalentadores cuando el frío helador atenaza pies y manos, cuando el camino se complica”.
- “Pero es reconfortante comprobar que, cuanto más empinada es la cuesta o más pronunciada la curva, mayor es el afán de superación del nazareno conquense”.
- Del Ecce Homo dice “me basta con su mirada. Me pregunto si somos nosotros los que acompañamos a Jesús o es Él el que se pone a nuestra altura. Dios mismo ha querido sufrir para levantarnos”.
- “Esa manera única de llevar los pasos sólo puede explicarse por el espíritu de sacrificio o de penitencia de los banceros. El madero se clava. Pero el valor de la solidaridad se sobrepone a todo”.
- “Si solo suenan dos horquillas es que el paso avanza como es debido. Un golpe al unísono alternándose a cada paso”.
- “Llevar una imagen sobre las andas con tanta solemnidad es un reto que sólo se consigue en equipo”.
- “Las motivaciones son muy diversas: tradición familiar, amistad, una promesa. Pero hay algo en lo que todos coinciden: los banceros están unidos en el cariño y la veneración por su imagen. Es una cuestión de fe, personal y colectiva”.
- “El brillo de nuestras procesiones de hoy ha costado mucho esfuerzo. Tenemos una deuda impagable con nuestros padres y nuestros abuelos. Ellos levantaron la Semana Santa de la nada”.
- “Nuestra obligación hoy es la estar atentos a los detalles porque, ahora sí, lo esencial parece asegurado. Aunque nunca hay que bajar a guardia”.
- “Muchas veces depende, sobre todo, de la actitud individual de cada nazareno. Si ponemos lo mejor de nosotros mismos el éxito está asegurado. Tenemos además el mejor escenario de los posibles, una ciudad Patrimonio de la Humanidad”.
- “El Señor ha aclarado que su reino no se impone con el poder y la fuerza sino con la Verdad. El inocente condenado a muerte carga con su cruz del Puente y la Soledad sigue de cerca al Hijo”.
- “Los nazarenos vivimos en la procesión el día más esperado de todo el año. Es la recompensa a todo el trabajo cuidadoso, callado de todo el año”.
- “Es el poder del silencio roto por Las Turbas. Un día rico en emociones. Cuando los pasos del jueves se encierran a la luz de una luna inmensa, la noche en vela prepara un amanecer entre el retumbar de tambores y alaridos de clarines”.
- “El instante en el que el Jesús de la Mañana surge bajo el dintel de la puerta de El Salvador es indescriptible”.
- “Las Turbas delante del Jesús de la mañana sobrepasan los límites de lo folklórico para hacer presente el grito de la multitud que pide a Pilato la condena: ¡Crucifícale!”.
- “Es admirable el esfuerzo de tantos turbos con alma nazarena para que no se pierda ni la esencia ni el sentido de la procesión, tan arraigado en nuestro pueblo y tan llamativo para los que nos visitan”.
- “Se entiende el peso de la Cruz en cada paso del Jesús. Ajenos al qué dirán, el Cireneo y la Verónica nos devuelven la dignidad. Nos recuerdan que hay otros cristos que nos esperan en el camino, que también necesitan de nuestra ayuda”.
- “Siempre me ha impresionado la historia que cuenta La Lanzada. El centurión Longinos traspasa con su lanza el costado de Jesús y protagoniza la primera conversión a la fe cristiana”.
- En el Descendimiento “descubrimos a otros dos héroes que dan la cara por Jesús cuando todos los demás han huido: José de Arimatea y Nicodemo”.
- “Los Cristos nos hablan del perdón, del que nosotros los cristianos nos podemos prescindir”.
- “Es Viernes Santo y queremos acompañar a la Madre de Dios. Los conquenses vamos al santuario de las Angustias a presentarle nuestros respetos”.
- “Rezamos ante el Cristo yacente que ha sido arrancado de los brazos de su Madre. Exponemos ante la Virgen nuestros deseos, nuestras peticiones más íntimas y nuestros ruegos por los nuestros. Todos en actitud de agradecimiento”.
- “Cuenca llora al Cristo Yacente de una manera distinta a la de otras ciudades españolas”.
- “Es la culminación de la Pasión. El silencio se oye más que nunca”.
- “Como pregonera de este año he tenido la gran suerte de poder anunciar la recuperación de la procesión del Sábado Santo. Mi enhorabuena a la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores y las Santas Marías”.
- “Estoy segura de que ya sentimos esta procesión como las de toda la vida” y añade: “Es todo un acierto que su recorrido concluye en la vigilia pascual de la Catedral. ¡Ha resucitado!".
- “Cuenca se destapa de capuces el Domingo de Resurrección. Los nazarenos dejan de ser penitentes para acompañar al Señor Resucitado y a la Virgen del Amparo”.
- “Pienso en mis padres que, como hicieron con ellos sus padres, me han enseñado con su ejemplo ese sentido de la vida que se expresa en cada Domingo de Resurrección”.
- “Reconozco aquí que, si me echo a la calle cada Semana Santa, es para disfrutar con las procesiones, pero lo hago también para reivindicar quien soy, de donde vengo y dónde quiero llegar”.
- “Cuando parece que se impone lo relativo, las medias verdades o la pura mentira, la resignación por un mundo que siempre va a peor, yo quiero reafirmarme en mis creencias y en mis tradiciones que me indican todo lo contrario”.
- “Creo que Jesús nos sale al encuentro en nuestra maravillosa Semana Santa y, por eso, me pondré mi túnica, mi capuz y volveré a poner mi pequeña contribución con la luz de mi tulipa”.
- "Espero que nos veamos en las procesiones".
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